viernes, 15 de abril de 2011

La misma espuma

que circunda el mismo Universo.

Los mismos mares

que se constelan de veleros.

Los mismos cielos

que se baten

en guerra de diluvios.

El mismo sol

con su melena de mercurio

La misma ola

que baña la playa

de paralelos impregnados

en la bruma.

La misma alondra

que canta su suspiro,

en la misma rama

en donde anida una paloma.

La misma boveda oscura

de los cielos.

La misma antorcha encendida

de presagios y desvelos.

La misma muerte

mutilada entre las sombras.

El mismo marco geomètrico

de cristales niquelados

en tu alfombra.

La misma fuente

donde liban las amapolas.

Los mismos polos.

Los hielos azulados.

Las montañas

con sus picachos

blancos dorados.

La misma estrella

que me alumbra

en la espesura.

La misma noche,

la misma mano

y la cordura.

El mismo círculo

para todos creado,

el mismo cenit

para todos diseñado.

La misma fuente.

La misma manzana

de terciopelos

y de magnolias blancas.

El mismo horizonte

pálido de la mañana,

la misma suerte

y en la misma ventana.

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