sábado, 21 de enero de 2012

SANTIAGO SE DESPIERTA ENTRE MONTAÑAS De.Ingrid Pereira Mesecke.-

SANTIAGO SE DESPIERTA ENTRE MONTAÑAS De: Ingrid Pereira Mesecke. Enero, 2012.-

de Ingrid Pereira Mesecke, el miércoles, 18 de enero de 2012 a la(s) 20:17

Tránsito lento

en el estómago,

no es lo mismo

que tránsito lento

en el Pacífico

o en la Diagonal Paraguay.

Tránsito...

Transíto la calle

llena de baules de fuego

pululando esforzadamente

en una atmósfera

de manicomio.

Gotas de mercurio

en el pavimento,

sonrisas de vagabundo.

Hormigas fraticidas

intentando escapar

callendo por docenas

deshidratadas,

en un cubo de metal,

sin olor a nada

y con aroma a todo.

Semáforos de locura,

asfalto candente,

precipicio de lava

en los zapatos,

cristal molido de roca

por entre los ventanales

apesadumbrados,

tortura de tímpanos

re-percutados,

respiración agrietada,

ladrones huyendo

en la marea humana.

Una gran manzana

de arreboles

se asoma,

empañada por el humo

de fábricas

con chimenea de cigarrillos.

Neón en las alturas.

Torre de comunicación

que no tiene Rey

ní atalaya.

Masa de transeúntes agitados,

apelotonados

en una oruga de fierro.

Sin embargo,

se alzan las montañas,

como manipulando

juego de dramaturgos,

cobrando siempre el impuesto

a la belleza,

la deuda impaga,

sempiterna

en los balcones floridos,

ampliando la ventura panorámica

del cinturón cerrado

de Los Andes.

Pararayos,

parapetadas parabólicas,

en cada corniza burlona,

en cada simetría

de crepúsculo amarillo

y total,

borrado bajo la despiadada

nube negra

de sueños inoxigenados,

amparados

en lo imposible,con el grave índice

de la polución temprana.

El lado oculto

es la arboleda

que dobla el viento,

que teje la esperanza,

de donde crece la montaña

en su albedrío

de soles y lunas

descontaminadas,

más allá

de un campo de rocío

en el "Cajón del Maipo".

En el azul altivo

en donde reposa

el vuelo

de un águila orgullosa

en el paisaje verde.

Y nos es melancolía

el tiempo ido,

el recuerdo

de la vieja "Colonia",

de Iglesias rojas y Franciscanas,

de atardeceres

en la "Alameda de Las Delicias",

con un vaso de mote

en la mano

y por sobre los ojos,

una bandera de estrella solitaria.

Un pájaro sobrevolando

en semicírculos

un cielo campesino y luminoso.

"Santiago a mil"

en la cultura y la conciencia

urbana,

sembrado de Circo Europeo

o de marionetas danzantes

en una plaza de Septiembre,

con abanicos abatidos,

bajo un viento silencioso

en el claudicar

de las palomas muertas.

El cielo se yergue

sobre la gran ciudad,

con un parque

que revienta

por tomarse la calle,

besar todas las cortinas,

encender todos sus faroles,

disparar desde

sus sombras húmedas

un proyectil de agua

para acribillar

a los que van colgados

de la brisa,

encima de los cables

transportados

en huevos transparentes,

viendo pasar enanas

las plazas,

las casas,

la servidumbre.

Gritos terribles.

Ecos siniestros en la" Vega"

que destemplan el alba

en la mañana fría,

que destroza los dedos

y los labios,

cuando apenas el sol

alcanza para entibiar

la ráfaga de una calzada

gastada y moribunda.

Tempranamente

los rumores de los marginados,

comienzan a cobrar vida

en la calma

que desmigará

la ruta hacia los mercados.

Un río de cloaca

parte el camino

de los listos

y de los perezozos.

Edificios de altura

multicolores...plateados,

donde yace el ocaso,

tiñiendo los ventanales.

Se inunda de sol

una persiana cerrada.

Los amantes se estrechan

en pasión desbordada.

Un café en Domingo,

un helado de espuma,

un Parque de árboles altos

sobre las sepulturas.

Se despierta Santiago

fabuloso y rendido,

en un barrio de pobres

y en un Mundo de ricos.

Un cordón de acero

se extiende subterráneo,

es la fuerza motríz,

es el lazo apretado

de esta ciudad fascinante

que se afiebra en verano,

que muere cautiva

cuando la lluvia ha llegado,

rompiendo cristales

de olvido y abrazo,

saltando en el agua

con pies de descalzo.

· · · Compartir · Eliminar

No hay comentarios:

Publicar un comentario